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viernes, 2 de noviembre de 2012

VER , JUzGAR Y… ¿QUÉ?



En la última  asamblea diocesana tuvimos   experiencias positivas mezcladas con alguna no tan positiva….

El trabajo estaba pensado sobre el clásico e importante esquema ver, analizar (lo que también  se llama juzgar) y  actuar

En las dos primeras partes de la asamblea, gracias especialmente  a   los aportes de los ponentes   se tuvo un diálogo  esclarecedor sobre la realidad y los enfoques de  la pastoral diocesana.

El  problema surgió, como muchas veces sucede,   al dar el paso a la tercera parte. Cuando se trataba de  bajar a tierra lo que se había planeado anteriormente .. Empleamos  la palabra planear pensando en  los planeadores, esos  avioncitos  deportivos sin motor que flotan en el aire aprovechando las corrientes de aire.  Pero los planeadores al fin aterrizan.   La pregunta es si allí en la asamblea  se aterrizó,  o si se dará el aterrizaje  en las zonas de la diócesis  y las parroquias

Por lo que pudimos  ver en el grupo al que asistimos  y por lo que otros participantes dijeron,  parece que  cuando se trataba de poner en práctica  las respuestas a lo que se había  visto y analizado, al planeador le constaba tomar tierra y seguía flotando.

Parece que se confunde el compromiso de acción con las buenas  intenciones.  Pongamos un ejemplo.

Si se ha hablado  sobre la realidad de la pastoral social y se han visto los problemas  de la pobreza en la diócesis, tanto estructural como  de personas concretas... Si se han analizado las causas y posibilidades de responder… llega el tiempo de ACTUAR.

Si cuando se  habla de actuar se dice: “hay que tener más atención por los pobres”,  “hay que preocuparse por el hambre de los niños” “Hay que ocuparse de los sin-techo”… hay que… hay que… Si nos quedamos  así no podemos decir que  hemos llegado al “actuar”. Hemos tenido buenas intenciones; lo que no es igual

si, dando un paso más,  comentamos:   “existe una casa  en tal lugar que  podría servir para acoger a  personas marginadas y  facilitarles comida y  descanso”… Eso  todavía no es actuar,. Eso  es  planificar. Lo que está bien.   Hace  falta para el paso siguiente

Pero si se concretiza:” Entonces los miembros de tal parroquia  que  está cerca de la casa, y  concretamente el P. X… o los  señores don… y doña…. El martes que  viene por la mañana van a hablar con  las personas responsables de esa casa y vamos  a intentar  que dentro de un mes   la casa esté en funcionamiento”.  “Del funcionamiento    se van a ocupar  cuatro personas que son …….. (aquí los nombres …)   que  se comprometen y dan su asentimiento…”.

Entonces  sí, ya  hemos llegado al  compromiso de la acción. Claro, hay que  procurar que eso no sean solo  palabras.  Exige que el martes propuesto   los indicados se pongan en movimiento y que se llegue dentro de un mes a que la casa este funcionando de verdad.   Luego, al cabo de algún tiempo, hará falta que  se vuelva  a VER la marcha de la situación, se ANALICE  y se  decidan  las acciones que se necesitan para que siga  mejorando  esa ACCION.

Estas reflexiones son comentario a la asamblea diocesana, pero son mucho más importantes  cuando se reflexiona en  las zonas pastorales y las  comunidades parroquiales.  Allí es mucho más necesario VER la realidad, ANALIZARLA a la luz del Evangelio y al llegar a proponerse una acción dar  los tres pasos  :

Una visión de las actitudes, las buenas intenciones que  la realidad  nos pide; una planificación de lo que hay que hacer y un compromiso de ACCION CONCRETO  para  ponerlo   práctica

Veamos cómo  realizarlo en  zonas  y comunidades

El  fallo de nuestra vida personal y comunitaria está en que  con frecuencia vemos y comentamos lo mal que está el mundo  o alguna situación. analizamos  qué respuesta teníamos que dar  pero ahí nos quedamos, platicando y planeando sin aterrizar.

Me parece que  es un tema a reflexionar para a procurar  en nuestras reuniones no limitarnos a VER y ANALIZAR, lo   que es muy necesario sino, después   procurar ATERR-ACTUAR.

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