LA IGLESIA LOCAL DE LA VERAPAZ

Inserción, Julio 2013. Santa Cruz Verapaz.

La Iglesia local es  “La Iglesia encarnada en un lugar, tiempo y cultura”.   Entendemos por Iglesia local esta Diócesis de la Verapaz en su territorio, en este año 2013, herederos de siglos de historia, con sus características de mestizaje cultural, y la predominancia de culturas de varios pueblos originarios, con sus cosmovisiones, sus lenguas. Evangelizadas  desde hace casi cinco siglos.

Sg el teólogo  Tillard:  “Cada Iglesia local puede describirse  como el espacio humano (geográfico, cultural, histórico, sociológico) en donde el Evangelio de Dios viene a captar a todo el hombre y su terreno, donde él germina”.

Sg. La Evangelii Nuntiandi de Pablo VI:  “ La Iglesia Universal se encarna de hecho en las Iglesias particulares, constituidas de tal o cual porción de humanidad concreta, que hablan tal lengua, son tributarias de una herencia cultural, de una visión del mundo, de un pasado histórico, de un substrato humano determinado”  EN 62.

En los últimos años (50 después del CVII) en el tema de la iglesia Local han aparecido elementos nuevos:

• Las conciencia del sentido misionero de la Iglesia, llamada a ir a “todas las gentes”.
•  la cuestión del Reino, que se ve como una realidad más abarcante que la Iglesia Católica romana. 
• La apertura a lo ecuménico, que implica reconocimiento de “otras” Iglesias”
• El tema del laicado, que no puede uniformarse como se pretendía hacerlo con el clero, y la conciencia de que La iglesia somos todos.,  etc. 

En la relación con otras religiones y culturas y también de otras Iglesias y denominaciones dentro del cristianismo, hoy se reconoce que tienen mucho de verdad, no se auto considera la iglesia la única poseedora de toda la verdad. 

Hay cosas del concilio ecuménico vaticano II que no todavía no están  bien asimiladas. Es importante ver lo que toca a las iglesias Locales en esta puesta en práctica del concilio.  Aún no somos suficientemente conscientes de que en muchas cosas  la responsabilidad es local.  Era siempre más fácil simplemente esperar las directrices de Roma e implementarlas.  Los obispos como funcionarios locales del Sumo Pontífice… las Diócesis como jurisdicciones dependientes de la jurisdicción de la diócesis de Roma…

Juan Pablo II en  NMI expresa: 

“…deseo invitar a todas las Iglesias locales…En cada una de ellas, congregada en torno al obispo, en la escucha de la Palabra, en la comunión fraterna y en la fracción del pan (Hch 2,42), está verdaderamente presente y actúa la Iglesia de Cristo, una, santa, católica y apostólica (CD 11).  Es  especialmente en la realidad concreta de cada iglesia donde el misterio del único Pueblo de Dios asume aquella especial configuración  que lo hace adecuado a todos los contextos y culturas.

Este encarnarse de la Iglesia en el tiempo y en espacio refleja en definitiva, el movimiento  mismo de la encarnación.  Es, pues, el momento de que cada Iglesia, reflexionando sobre lo que el Espíritu ha dicho al Pueblo de Dios  en este especial año de gracia (el 2000) , más aún en el período más amplio de tiempo  que va desde el concilio vaticano segundo al gran jubileo, analice su fervor y recupere un nuevo impulso para su compromiso espiritual y pastoral…” (NMI 3)

Obispo, presbíteros, religiosos  y religiosas y agentes de pastoral debemos asimilar esta visión para comenzar. La Iglesia particular o local es la iglesia encarnada en un lugar y circunstancias históricas y culturales propias.  No es una parte de la Iglesia sino una Iglesia diversa, ubicada. No es una “porción de” la Iglesia Universal sino la Iglesia Universal encarnada.  Sin embargo hay que reconocer que el lenguaje del concilio es confuso, se le dan varios nombres ( a veces se habla de Iglesia local, a veces de Iglesia particular, o de Diócesis…) Es Iglesia local no sólo por su espacio geográfico diferente de otras , no se constituye sólo por la ubicación, sino que  historia, espacio y cultura entran en la esencia de la Iglesia.  No hay que ver la Diócesis como  un estamento jurídico, es decir como una institución o una jurisdicción en la que el Obispo tiene unas  atribuciones definidas por el código de derecho canónico…  La Iglesia existe sólo como acontecimiento del Espíritu en la historia.

La Iglesia local tiene sus propias características.  No es identificable con ninguna otra. Ya aquello se veía en las primeras comunidades y se refleja por ej. En la redacción de los evangelios y en las cartas paulinas en especial.

En nuestro ambiente la identidad q’eqchi’ se reconoce como diferente de otros grupos del mismo país marca, junto con  la identidad Poqomchí, Achí y mestiza o ladina.  Es importante que las Iglesias locales estén conscientes de sus peculiaridades, las asuman y las valoren. Su “andadura” propia,  lo que ha significado el proyecto lascasiano, la relación en el tiempo pre hispánico y también colonial con el norte más que con el occidente geográficamente hablando. Su geografía.  las peculiaridades del tiempo de la colonia (la influencia dominica), las consecuencias en esta área de la reforma liberal del siglo  XIX, las constantes en las diversas épocas de poco personal evangelizador. Los casos propios de martirio.  Ver AG22.

Hay que elaborar una historia de la diócesis de la Verapaz, que recupere las características propias de esta Iglesia local, que vaya dando una identidad.  No sólo alrededor de personajes (Las Casas, los primeros dominicos, los obispos, los evangelizadores de las diversas épocas, el cacique Juan AjPop Batz…sino de la vida de las comunidades en la época pasada.  

La peculiaridad de la iglesia local está en lo cultural, social y humano. Que al mismo tiempo que tiene su propia cultura, cosmovisión, idioma, sus propios ministerios,  sus características en la liturgia, su propia forma de expresión teológica,  su configuración social (clases, racismo, economía, poder, etc) también sus propias historias de exclusión, marginación, violencia,  mantiene la unidad, la relación con toda la Iglesia, es decir con las otras Iglesias locales, y particularmente con la Diócesis de Roma, en la que el obispo es el sucesor de Pedro.

LG8 Hay que ver  la complejidad de lo humano y lo divino en la Iglesia.  No hay cristianismo sin Iglesia, no es coherente con la teología cristiana el pedir “Cristo sí, iglesia no”.  No ha habido cristianismo sin Iglesia, sin comunidad concreta con sus peculiaridades.  A lo largo de la historia ha sido un reto el mantener la unidad en la diversidad. Con las tristes experiencias de división que se han dado.

La Iglesia es un misterio de comunión.  Hay que hablar de  nacimiento de la Iglesia, no de fundación.  La Iglesia es Misterio de la encarnación continuada. El Sínodo del 85 planteó el tema de la  eclesiología de comunión, a la raíz del mensaje del Reino de Jesús está la fraternidad, no   la lógica de la dominación sino del amor. La iglesia debe ser escuela de comunión hasta que Dios sea todo en todos (TMA). Y la comunión es inseparable de la misión, que no es más que proclamar la comunión.  El obispo  recibe el carisma de mantener la comunión para la misión, la Diócesis no se reduce a estructuras eclesiales, en las estructuras puede darse la  división, así no se puede evangelizar.  Lo que evangeliza es el testimonio de comunión.

En la teología de la Iglesia local ha sido muy importante la reflexión sobre el papel del obispo en la Iglesia. La tarea del Obispo no es imponer lo que piensa sino favorecer la comunión de carismas que una vez discernidos debe apoyarlos y cuidarlos, manteniendo sus diferencias en la unidad. La mentalidad corriente de la gente es que hay unos que enseñan y otros que aprenden, uno que celebra y otros atienden, uno mandan y otros obedecen. Este cambio de mentalidad, esta maduración se va dando pero  los procesos de la Iglesia son muy lentos, lo cual no significa que nos crucemos de brazos. 

El mundo, la historia,  entra en la esencia de la Iglesia, que es acontecimiento del Espíritu en la historia.  La Iglesia no existe al margen de la historia.  El hijo de Dios se ha unido en cierto modo a todo ser humano. 

Se tiene el reto de definir la identidad de la Verapaz como Iglesia local, a raíz de la lectura de signos de los tiempos.  (GS4, 11).  En ellos se expresa la “voz de Dios”.  La historia es también fuente de revelación.  ¿Cuáles son los  Signos de los tiempos en esta historia y características de la Verapaz sobre las que hemos reflexionado estos días y con las que nos hemos encontrado en nuestra experiencia  pastoral?

No puede haber iglesia local aislada.

El misterio de la Iglesia se hace presente en la iglesia local.  La Iglesia universal no existe fuera de las iglesias locales.  Una Iglesia universal desligada de las iglesias locales no existe en sí.  De allí la importancia teológica de promover la Iglesia local.  Al inicio  había Iglesias locales entre las cuales se salvaguardaba la unidad, el carisma petrino es clave allí.  Hoy se sigue  requiriendo la revisión del ejercicio del ministerio petrino. Un Obispo es parte esencial en la Iglesia local, pero al mismo tiempo es parte del colegio episcopal. Se requiere una nueva reflexión sobre iglesias locales en el contexto de un mundo globalizado, en el cual la conexión con el Papa y la iglesia universal es más “inmediato” que con la local.

Cómo educar en la Universalidad para la Localidad?   Cómo articular la particularidad con la universalidad?  El Obispo es a la vez parte en la Iglesia local pero es parte de un colegio.  La práctica presbiteral es localista.

En este contexto local se entiende un sínodo diocesano.  El problema está en la Iglesia particular que no adquiere consistencia. Aceptar simplemente e implementar lo propuesto por la iglesia universal es más fácil que repensar y hacer las cosas localmente.

La inculturación es al mismo tiempo una limitación.  Hay que plantearse el asunto de la sacramentalidad en medio del pluralismo cultural.  Hay espacio para la creatividad, recordando que en la liturgia “de lo ridículo a lo sublime hay un paso”.   La liturgia es el  punto más duro del proceso, es el más visible y el que puede romper la unidad visible, debería ser el último peldaño del proceso.  Requerirá el despojo de la mentalidad uniformizante.  A la base debe estar la convicción de que hay que hacer visible el misterio. La liturgia es la expresión visible de la fe.

Donde se juega la pastoral es en las comunidades y las parroquias, allí están los presbíteros, las religiosas y los religiosos, los otros agentes de pastoral.

Otro de los elementos importantes en la conexión con la universalidad de la iglesia son las Conferencias episcopales, se tiene la impresión de que son débiles, pueden más los dicasterios romanos, pesan los cardenales y los nuncios más… el lugar teológico jurídico de las conferencias no es muy claro.   Es  un asunto también a ahondar y reafirmar.

Referencias:

Tillard, Jean Marie “La Iglesia Local”  Sígueme, Salamanca 1999.

Espeja, Jesús, “ A los 50 años del Concilio” San Pablo, Madrid 2012

Va, “Iglesia local”, textos Ak Kutan 20, Cobán A.V. 2001.

Juan Pablo II, “Al Comienzo del Nuevo Milenio (NMI)”  Roma 2000.