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jueves, 1 de agosto de 2013

Ser Misionero – Misionera en la Verapaz



Los participantes en el Curso de Inserción de Nuevos Agentes de Pastoral llevado a cabo del 22 al 26 de Julio después de reflexionar, estudiar y compartir experiencias de pastoral, tanto entre nosotros mismos como con la ayuda de expositores con experiencia; compartimos con ustedes nuestras reflexiones:
1.      Estamos en un proceso de cambio empujado por la experiencia de Aparecida y las Santas Misiones en Verapaz, aunado al proceso de cambio socio cultural actual. Percibimos que algunos se van quedando en este camino.

2.      Este curso nos ha ayudado a sumergirnos en la historia de la Verapaz, sus características culturales y sus retos pastorales para facilitar  la inserción como misioneros. Tomamos conciencia de que se nos pide una conversión pastoral, que permita encarnarnos en estas culturas para ir descubriendo  nuevas formas de vivir  y expresar la Fe en nuestra Iglesia Local de la Verapaz.

3.      Expresamos nuestro deseo que este curso sea para todos los agentes de pastoral y no solo para los de reciente ingreso a nuestra Diócesis, y que sea dado todos los años.

4.      Compartimos algunas características  del misionero – misionera para esta región de Verapaz,  que brota de estas reflexiones.

Ser Misionero(a) en la Verapaz implica:

a.       Escuchar la palabra de Dios, desde la dura realidad social y cultural donde estamos trabajando. A la vez reconocer esta tierra y esta gente que tiene hambre y sed de Dios y tiene grandes valores humanos, religiosos, culturales.

b.      Estar consciente de la herencia maravillosa que  han dejado los anteriores agentes de pastoral en estas tierras desde la primera evangelización inspirada por Fr. Bartolomé de las Casas, Domingo de Vico, Montesinos y otros tantos más recientes.   Hay que reconocer que somos parte de una tradición desde nuestras diversas congregaciones y desde los anteriores misioneros y misioneras que ofrecieron sus vidas  a la base de la pastoral que ahora nosotros llevamos adelante.

c.       Estar disponible siempre a los diferentes trabajos no importando las condiciones de distancia, clima y movilidad. No importando incluso las limitaciones físicas que experimentamos, importa sobre todo el corazón.

d.      Respetar la diversidad cultural de la región. Acompañar a nuestro pueblo en sus alegrías y sus penas, con gozo y esperanza, caminado de la mano con su cultura. Tener disponibilidad para aprender nuevos idiomas, que son la puerta de entrada a la cultura, que crean una relación de confianza.

e.       Abrirse a las diferentes formas de expresión religiosa, a los diferentes modos de ser  y las diferentes formas de expresión de las personas a nuestro alrededor con humildad que nos permita descubrir nuestra propia limitación,  superar nuestras actitudes de racismo o discriminación  y nos ayude a descubrir  los valores propios de las culturas. Tomar conciencia que no sabemos todo  y tener  la capacidad de cambiar nuestros propios esquemas.

f.       Tener paciencia para escuchar, para callar y ver,  para caminar con el pueblo, estar con él en las buenas y en las malas,  de lo contrario no se logra nada.

g.      Ser orante  para fortificar el sentido de lo que realizamos. Ser hombres y mujeres contemplativos de la realidad a la que servimos.

h.      Manifestar el rostro humano de Cristo y verlo en las comunidades donde servimos para una relación fraterna con las personas. Ofrecer la acogida de Cristo a nuestros hermanos, mostrándonos como verdaderos servidores para responder  con caridad a las diversas necesidades de las personas  y comunidades.

i.        Hacerse todo con todos, como decía San Pablo.

j.        Valorar a la mujer desde  de sus inquietudes,  hasta un acompañamiento en sus dificultades

k.      Tener  la creatividad  que nace del corazón que está dispuesto a amar sin límites.
                                    
Santa Cruz, Alta Verapaz, Julio de 2013 – AÑO DE LA FE

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