Los
participantes en el Curso de Inserción de Nuevos Agentes de Pastoral llevado a
cabo del 22 al 26 de Julio después de reflexionar, estudiar y compartir
experiencias de pastoral, tanto entre nosotros mismos como con la ayuda de
expositores con experiencia; compartimos con ustedes nuestras reflexiones:
1.
Estamos en un proceso de cambio empujado
por la experiencia de Aparecida y las Santas Misiones en Verapaz, aunado al
proceso de cambio socio cultural actual. Percibimos que algunos se van quedando
en este camino.
2.
Este curso nos ha ayudado a sumergirnos
en la historia de la Verapaz, sus características culturales y sus retos pastorales
para facilitar la inserción como
misioneros. Tomamos conciencia de que se nos pide una conversión pastoral, que
permita encarnarnos en estas culturas para ir descubriendo nuevas formas de vivir y expresar la Fe en nuestra Iglesia Local de
la Verapaz.
3.
Expresamos nuestro deseo que este curso sea
para todos los agentes de pastoral y no solo para los de reciente ingreso a
nuestra Diócesis, y que sea dado todos los años.
4.
Compartimos algunas características del misionero – misionera para esta región de
Verapaz, que brota de estas reflexiones.
Ser Misionero(a) en
la Verapaz implica:
a. Escuchar
la palabra de Dios, desde la dura realidad
social y cultural donde estamos trabajando. A la vez reconocer esta tierra y
esta gente que tiene hambre y sed de Dios y tiene grandes valores humanos,
religiosos, culturales.
b. Estar
consciente de la herencia maravillosa
que han dejado los anteriores agentes de
pastoral en estas tierras desde la primera evangelización inspirada por Fr.
Bartolomé de las Casas, Domingo de Vico, Montesinos y otros tantos más
recientes. Hay que reconocer que somos parte de una
tradición desde nuestras diversas congregaciones y desde los anteriores
misioneros y misioneras que ofrecieron sus vidas a la base de la pastoral que ahora nosotros
llevamos adelante.
c. Estar
disponible siempre a los diferentes
trabajos no importando las condiciones de distancia, clima y movilidad. No
importando incluso las limitaciones físicas que experimentamos, importa sobre
todo el corazón.
d. Respetar la diversidad cultural
de la región. Acompañar a nuestro pueblo en sus alegrías y sus penas, con gozo y
esperanza, caminado de la mano con su cultura. Tener disponibilidad para
aprender nuevos idiomas, que son la puerta de entrada a la cultura, que crean
una relación de confianza.
e. Abrirse
a las diferentes formas de expresión religiosa, a los diferentes modos de ser y las diferentes formas de expresión de las
personas a nuestro alrededor con humildad que nos permita descubrir nuestra
propia limitación, superar nuestras
actitudes de racismo o discriminación y nos
ayude a descubrir los valores propios de
las culturas. Tomar conciencia que no sabemos todo y tener la capacidad de cambiar nuestros propios
esquemas.
f. Tener
paciencia para escuchar, para callar y ver, para caminar con el pueblo, estar con él en
las buenas y en las malas, de lo
contrario no se logra nada.
g. Ser orante para fortificar el sentido de lo que
realizamos. Ser hombres y mujeres contemplativos de la realidad a la que
servimos.
h. Manifestar
el rostro humano de Cristo y verlo
en las comunidades donde servimos para una relación fraterna con las personas.
Ofrecer la acogida de Cristo a nuestros hermanos, mostrándonos como verdaderos servidores para responder con caridad a las diversas necesidades de las
personas y comunidades.
i.
Hacerse todo con todos, como decía San Pablo.
j.
Valorar a la mujer desde de sus
inquietudes, hasta un acompañamiento en
sus dificultades
k. Tener la creatividad que nace del corazón que está dispuesto a
amar sin límites.
Santa
Cruz, Alta Verapaz, Julio de 2013 – AÑO DE LA FE
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